El ciclismo es un deporte maravilloso. A sus valores que le definen implícitamente, como el esfuerzo, el compromiso, la exigencia y el respeto hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el deporte, se le suman la oportunidad de poder disfrutar de los sitios más bellos del planeta. Y la Granfondo Stelvio Santini es una marcha cicloturista única gracias a los parajes naturales donde transcurre, únicos en el mundo. La Valtellina, en la región italiana de la Lombardia, es sin lugar a dudas un locus amoenus digno de visitar una vez en la vida, con puertos míticos como el Stelvio, el Mortirolo, el Gavia o el Laghi di Cancano. Si además es encima de la bici, un lujo. 

La Granfondo Stelvio Santini tiene su partenza en Bormio y ofrece tres rutas con diferentes dificultades. La corta, con la subida al famoso Stelvio. La media, con la subida al Teglio y al Stelvio. Y la larga, con la subida al Teglio, al mítico Mortirolo y al Stelvio. Y ahora os diréis: el Teglio, ¿qué subida es? Un muro de 5km entre viñedos y casas rurales que supera el 9% de media, con un kilómetro al 12% que pone las piernas en alerta. 

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Pero el inicio de la marcha es extremadamente rápido. Por carreteras regionales pasas de los 1.200m de altitud en Bormio a los 450m en Bianzone, donde empieza la subida al Teglio. Alrededor de unos 45km que nosotros hicimos a 45km/h de media, una gozada para aquellos que les guste experimentar estar en un pelotón y correr como si de una etapa del Giro de Italia se tratase. Pero después de una bajada, viene una subida, y tras superar el ascenso y descenso al Teglio se vuelve a Bormio, aunque sin pelotón, ya que la desviación entre los que afrontan el Mortirolo y los que se vuelven directamente a Bormio rompe por completo la dinámica de la marcha. Se forman pequeños grupos para ayudarse antes del esfuerzo final en el Stelvio. 

Pero antes de la subida al coloso lombardo debemos hacer referencia a uno de los aspectos más importantes de una marcha cicloturista: los avituallamientos. Y es que cuando vas a subir al Stelvio y te encuentras un avituallamiento como el de la Granfondo Stelvio Santini te los piensas dos veces esto de ponerte a sufrir subiendo. Y es que los avituallamientos, situados en la cima del Teglio, en la bajada del Mortirolo, en Bormio y a mitad de la subida del Stelvio eran de los más completos que he visto en las Granfondo, con un trato excelente por parte de los voluntarios que se encontraban en dichos puntos. 

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¿Y qué decir del Passo dello Stelvio? Es algo que los aficionados al ciclismo deben afrontar una vez en la vida. Por una vertiente y por la otra. Y la que se sube desde Bormio es un espectáculo digno de experimentar, en especial el tramo de las curvas de herradura, donde por obligación tienes que dejar de concentrarte en el asfalto y gozar de las vistas que te depara. Ni que sea por un momento. Luego, a seguir dando pedales para llegar la cima, donde te espera el gorro de Finisher, un bonito recuerdo de la jornada. 

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No estaríamos exagerando si afirmamos que la Granfondo Stelvio Santini es una de las marchas cicloturistas más bonitas del mundo. Que el 63% de sus participantes sean extranjeros no es casualidad. Y que haya una buena presencia española, a pesar de los kilómetros que nos separan de Bormio, tampoco. En 2022 será la décima edición, una efeméride que bien merece tú presencia. Si estás dudando en participar en ella, no te lo pienses dos veces, no te va a defraudar.

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Más información en la página web oficial de la Granfondo Stelvio Santini. Las fotografías de la marcha cortesía de FotoStudio3.